La arena que cae
una y otra vez
incesante en
el reloj de
arena
ya
no
queda
casi nada
ya no queda
no hay tiempo
para perder tiempo
Y aún así, vivir.
Es que la arena termina,
pero mientras queden ganas
de volver a caminar calles gastadas
por otros, mientras queden ganas de
dar vuelta la página, de iluminar rincones
olvidados, siempre podremos dar vuelta el
reloj de arena, para
empezar
todo
otra
vez
4 comentarios:
Me encantó!!
Gracias Sardina!
:)
¡!
¿Qué hacés robándole el talento a Girondo?
En mi defensa (o no) tengo que decir que aún no tuve el gusto de leer a Oliverio.
Pero si le robé algo, espero que no me denuncie.
Publicar un comentario