domingo, 28 de diciembre de 2008

En todas las tierras el sol sale al amanecer


¿Por qué intentan hacernos creer que lo más simple es complicado?

"Para mí lo que está mal es que unos pocos tienen mucho, muchos tienen poco y algunos no tienen nada, si esos algunos que no tienen nada tuvieran algo de lo poco que tienen los muchos que tienen poco... y si los muchos que tienen poco tuvieran un poco de lo mucho que tienen los pocos que tienen mucho, habría menos líos... pero nadie hace mucho, por no decir nada para mejorar un poco algo tan simple."

viernes, 7 de noviembre de 2008

Doing well by doing good


Estos últimos días estuve buscando intensamente la respuesta a una pregunta que me surgió hace no mucho tiempo: ¿por qué hace tan bien ayudar? ¿Por qué es que el servicio prestado a otros nos llena el alma, nos cambia la mirada, nos construye la sonrisa? ¿Por qué no hay mejor paga para el corazón que la satisfacción de haber prestado un servicio gratuito?

No tengo la respuesta a todas esas preguntas y, en parte, me alegra que así sea. Sin embargo, deseo compartir las pocas conclusiones a las que he podido llegar:
“Servicio” es una palabra de acción, es un verbo y a la vez un sustantivo (es un término tan grande que una sola clasificación no le alcanza). El servicio es el antídoto perfecto para atacar al aburrimiento, la soledad, el encierro, el miedo. El servicio puede dar el magnífico y único regalo de la paz interior; y, como si fuera poco, nos otorga un sentimiento genuino de pertenencia a la comunidad humana.

A mí entender, el servicio es una de las mayores medicinas de la vida. Es muy difícil, por no decir imposible, alcanzar la plenitud a menos que uno sienta que pudo servir a alguien. Ayudando a alguien estamos amando, estamos entregando nuestros segundos, nuestros días, nuestra vida a quienes la necesitan. Y eso, como es de suponer, nos da esa particular sensación de armonía y felicidad plena. ¿Por qué? Simple: somos como autos con motores súperpoderosos que pueden ir despacito, pero que, claramente, se sienten mucho más cómodos y rebosantes yendo a 160 km/h por el carril de la izquierda. Nuestro corazón, el motor más poderoso jamás creado (fisiológica y metafóricamente hablando), fue construido para que amemos, sin guardarnos ni un poco de ese amor que tenemos para dar, y su funcionamiento pleno es lo que nos convierte a nosotros en los seres radiantes que anhelamos ser.

El servicio es la expresión física de agradecimiento al mundo, una de las mejores formas de apreciar el milagro que es la vida. Ayudando al que nos necesita no solo estamos haciendo lo que debemos sino que, por sobre todas las cosas, ¡estamos siendo felices! Y una vez me dijeron que “el acto más revolucionario que uno puede cometer es ser feliz”.


"Everybody can be great... because anybody can serve. You don't have to have a college degree to serve. You don't have to make your subject and verb agree to serve. You only need a heart full of grace. A soul generated by love."
Martin Luther King Jr.

lunes, 29 de septiembre de 2008

Buscando sentidos




¿Qué busca uno cuando se va del lugar en el que está? ¿Busca encontrarse? ¿Busca encontrarse en el lugar al que sabe que debe volver? ¿O busca encontrarse en ese nuevo lugar para no tener que volver al lugar del que se fue?

Estoy segura de que produce mucha más angustia no sabér QUÉ buscar que no encontrarlo. Si uno no puede hallar lo que está buscando, puede reemplazarlo por otra cosa momentáneamente, puede redefinir su estrategia de búsqueda o simplemente puede redireccionar esta búsqueda con el fin de encontrar algo diferente. Pero aquel que no sabe qué busca jamás encontrará nada, y su existencia se limita sencillamente a sentarse a ver la vida pasar, sin que nada realmente le pase.

Dicen que "el que busca, encuentra". Yo diría: "el que busca, SE encuentra".